La FIA, se erigió como uno de los grandes protagonistas del fin de semana en Brasil.
La FIA se ha empeñado otro fin de semana más en ponérselo muy fácil a los que les gusta el gorrito de papel de plata. Otra retahíla de sanciones y no sanciones que no hacen más que despertar el sentimiento de que ahora más que nunca se mira quién o no el qué.
Siete horas de deliberaciones
Cuesta mucho entender que algo sucedido a las 16:30 no se resolviera hasta pasada la medianoche. Como si le hubieran tenido que dar muchas vueltas al asunto hasta llegar a la conclusión que más le satisface, que no necesariamente es la más justa.
Y es que la actuación de Max Verstappen en Brasil ha sentado como un torpedo en la linea de flotación de quienes soñaban con llevar el mundial vivo hasta la última carrera de la temporada. El de Red Bull realizó un pilotaje excelso remontando desde la decimoséptima posición hasta el liderato, avanzando donde los rivales se quedaban atrapados pues el nuevo asfalto de Interlagos no se mostró muy amigable con los adelantamientos.
Esto se resume en que lejos de llevar la lucha por el título viva hasta Abu Dhabi, podría resolverse ya en la próxima carrera en Las Vegas, que si bien no es sencillo, tampoco necesita de una combinación muy rocambolesca. Y quizás solo así se explica la indulgencia de los comisarios ante una grave imprudencia capitaneada por Lando Norris.
La acción ocurrió justo antes de la carrera. Con la vuelta de formación en marcha, Lance Stroll bloqueó en frenada y se fue a la escapatoria llegando a impactar ligeramente con el muro. En su intento de regresar a pista, el canadiense se quedó empanzado en la grava mientras sus rivales llegaban a la parrilla de salida.
Al ser más que probable la necesidad de que una grúa entrara a pista, además de tener que recomponer algún cartel de frenada arrasado por el camino, el director de carrera tomó la decisión de abortar la salida, quedando la carrera pausada hasta que el incidente se resolviera.
Aquí fue cuando Lando Norris se equivocó. Dio por hecho que dirección de carrera había decretado una nueva vuelta de formación. Pero no lo hizo. Por su cuenta y riesgo, Norris abandonó la parrilla de salida, interfiriendo en los trabajos de extracción de Lance Stroll, que era precisamente lo que se quería evitar con esa decisión, y de pasó, obligando a acortar la duración de la carrera.
Sin premio para los que sí lo hicieron bien
También creando una extraña situación, ya que hay pilotos que sí leyeron correctamente el mensaje de salida abortada, y no entendía que hacían los rivales. Lo hizo primero Esteban Ocon, y más atrás Valtteri Bottas. También Max Verstappen, que señalaba por radio que la gente estaba saliendo con el semáforo en rojo. Esto provocó que Zhou apenas había salido de la recta cuando Norris ya volvía a estar en parrilla.
Habría muchas posibles sanciones para Lando Norris. Se ha visto en el pasado a una FIA especialmente beligerante cuando un piloto ha cruzado meta en régimen de bandera roja, sin ir más lejos. Ni que decir tiene cuando alguien se salta una salida o un semáforo en rojo. La FIA afirma que el mensaje se transmitió de manera adecuada, que el panel de luces se iluminó como debía hacerlo, que los equipos fueron informados por el canal adecuado… pero que Lando Norris hizo caso omiso. De hecho, la FIA culpa a Norris directamente de equivocar a los pilotos que le seguían; George Russell, Yuki Tsunoda y Liam Lawson, que hicieron lo mismo.
Y con todo esto, y solo siete horas después el incidente, la FIA decide no imponer ninguna sanción deportiva a Lando Norris, dejándolo en una irrisoria multa económica de 5.000 euros, lo que no hace más que acrecentar la sensación de una Federación partidista que ante todo no quería que la diferencia de puntos entre Verstappen y Norris creciera.
El precedente de Max Verstappen el sábado
La sanción, o no sanción, contrasta de lleno con lo vivido el sábado. Lando Norris no solo hizo caso omiso a las órdenes de dirección de carrera, sino que por el camino se saltó un semáforo en rojo y obligó a acortar la carrera. 5.000 euros de multa. Nada que ver con el peligroso Max Verstappen, que durante el periodo del coche de seguridad virtual, su tiempo delta fue 0,63 segundos más bajo del permitido.
La FIA reconoce que Max recuperó su tiempo delta, pero que lo hizo ya con la bandera verde. Reconoce que no ganó tiempo, ni tampoco le ayudó en su lucha con Piastri. Pero que una cosa no quita la otra. Resultado: 10 segundos de sanción, un punto en el carnet, y una posición perdida en carrera.
Pero claro, una cosa es contravenir las indicaciones del director de carrera, saltarse un semáforo y obligar acortar una carrera, y otra muy diferente ir 0,63 segundos por debajo del delta antes de la bandera verde. No es comparable.
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