El fuerte accidente sufrido por Logan Sargeant durante la 3° sesión de entrenamientos libres sacó a la luz claros puntos a mejorar.
Hasta no hace mucho tiempo se consideraba al comisario de pista como una persona adulta, funcional y con la suficiente formación como para saber gestionar las situaciones de riesgo. Esto se traducía en que eran los propios comisarios los que decidían cómo y cuándo actuar, siempre en función de la citada formación recibida.
Antes y después del accidente de Jules Bianchi
Esto empezó a cambiar con el desafortunado accidente de Jules Bianchi, a pesar de que el mayor afectado fue el piloto y no los comisarios. En lugar de cuidarse en salud en situaciones donde las condiciones de pista son delicadas, se ha optado por tratar a los comisarios -y pilotos- como niños pequeños incapaces de medir las situaciones de riesgo.
¿Qué quiere decir esto? Que mientras que hace unos años, la actuación de los comisarios era inmediata y no había problema en saltar a pista para socorrer al piloto y extraer el vehículo afectado, en la actualidad el protocolo impide que los comisarios actúen hasta la carrera quede neutralizada.
Esto significa que, primero, el director de carrera debe sacar el coche de seguridad o la bandera roja, y una vez hecho esto, espera que los monoplazas queden agrupados, siendo entonces cuando se autoriza que los comisarios actúen, perdiendo un valioso tiempo, y en el caso de carreras, eternizando el periodo de coche de seguridad.
En temas de seguridad no parece admitirse cualquier tipo de debate. Debe ser así y es así, por lo que solo queda aceptarlo, aunque no se pueda evitar añorar la agilidad de limpieza de accidentes que había antes.
Inflexibilidad absurda
El sinsentido llega cuando el protocolo es tan inflexible que acaba generando situaciones de peligro, como ocurrió este pasado fin de semana, con los comisarios, extintor en mano, observaban cómo el monoplaza de Logan Sargeant era consumido por las llamas mientras esperaban autorización para saltar a la pista.
Y todo a pesar de que el piloto tardó mucho tiempo en abandonar su vehículo, no estando claro si tenía algún problema que hubiera necesitado asistencia, la cual hubiera llegado tarde, muy tarde.
¿De verdad los comisarios tienen que esperar pacientemente tras la barrera mientras se ondea la bandera roja por miedo a que esos monoplazas que regresan a velocidad controlada por teóricos pilotos profesionales? La FIA debería meditar al respecto.
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