El máximo responsable de grupo Renault Luca di Meo, realizó una visita a la fábrica británica de Enstone tratando de limar asperezas.
El despido de Otmar Szafnauer y la salida de la estructura de Fórmula 1 de Laurent Rossi no ha sido más que un paso más de muchos que están por venir. Por algo Renault se ha ganado el chascarrillo de ser el equipo de las continuas reformas, arrebatándoselo a Ferrari, quién es el que estaba acostumbrando a hacer estos cambios.
Revolución en Alpine... otra vez
De Meo no quiere únicamente colocar un nuevo líder, Bruno Famin, sino que pretende acabar con todas las debilidades del constructor francés para sentar las bases de un gran proyecto y que no hace más que evidenciar que aquel plan de 100 carreras para regresar a la victoria carecía de sustento.
Una vez expulsados importantes líderes y colocado un nuevo cabeza visible, De Meo ha afrontado un problema histórico del equipo, algo que si bien también se reproduce en otros equipos, en ninguno es tan patente como en Renault; la guerra de fábricas.
Por ejemplo, Mercedes tiene la fábrica de Brixworth, donde se fabrican los motores, y la fábrica de Brackley, sede de operaciones, dos lugares apenas separados por 50 kilómetros que a efectos prácticos no provoca ningún sentimiento de separación.
Pero no es así en Renault, donde coexisten las fábricas de Enstone, en Reino Unido, encargada del chasis, y la de Viry-Chatillon, en Francia, al sur de París y donde se fabrican los motores. Y las cosas no son tan sencillas cuando en un equipo coexisten el núcleo francés y el núcleo británico, especialmente cuando las cosas no van muy bien y ambas partes pueden acusarse mutuamente de ser los culpables, y al mismo tiempo que sirva de excusa para ser hasta cierto punto conformista. Si hasta que no arreglen lo de los motores…
¿Cómo poner solución a algo que ha ocurrido desde que Renault F1 tiene el actual formato? Tal y como ha informado L’Equipe, De Meo viajó hasta la fábrica para informar de su intención y lanzar un discurso que aboga por trabajar como un equipo y no como sedes separadas que comparten un hospitality pero que no se integran ente ellas.
"Hace mucho que terminó la guerra de los 100 años"
Sobre la mesa está el realizar unas jornadas de convivencia para todos los empleados que acostumbran a viajar a las carreras. Al menos, como un primer o para fomentar las relaciones personales entre ambas facciones. Del futuro, ya se verá, porque antes de la llegada de Lucas de Meo, el cierre de la planta de Viry-Chatillon ha sido fuente frecuente de rumores.
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