FIA y F1 avanzan en los últimos puntos a pactar del próximo reglamento de la máxima competición de circuitos.
La Fórmula 1 afrontará en 2026 una nueva etapa en su apartado técnico, lo que también coincide con la entrada de al menos un nuevo fabricante; Audi, a la espera de qué ocurra con Andretti y General Motors.
Entrada en vigor en 2026, con Audi
Aunque las líneas generales ya están dibujadas, faltan por concretar los detalles, los cuales se van puliendo en cada reunión que el grupo de trabajo de la F1 mantiene con los equipos y que ya debería estar pactado y firmado desde hace bastante tiempo.
Según publica Auto Motor und Sport, que cuenta con buenas fuentes en el apartado técnico, los puntos más llamativos y también algo polémicos son la búsqueda de la reducción de la carga aerodinámica y el uso de combustible con el único fin de cargar baterías, pareciéndose cada vez más a lo que se conoce como un vehículo eléctrico asistido.
La unidad de potencia sigue líneas muy similares a la actualidad con dos cambios principales, la eliminación de la polémica MGU-K, la responsable de generar energía reutilizando los gases del escape, que tantos quebraderos de cabeza ha dado a los equipos de F1, y que tan poca utilidad se le ha encontrado en la calle, y un aumento de peso debido a una mayor importancia de la MGU-H y sobre todo, de las baterías.
El motor de combustión tendrá un peso mínimo de 130 kilos, el turbo deberá pesar 12 kilos, la MGU se sitúe en los 16 kilos mientras que la batería pasa a los 35 kilos. Un total de 193 kilos, un 23% más pensado y que es diametralmente opuesto a la búsqueda de la reducción de peso que la FIA lleva años diciendo fomentar.
Este punto ha iniciado profundos debates sobre si se debería eliminar el peso mínimo y dejar que los equipos intenten progresar en este sentido, sobre todo teniendo en cuenta que ya hay un reglamento que regula el tipo de materiales que se pueden usar en un F1. Pero aún así, en la categoría hay voces que temen los posibles efectos adversos de una guerra de este tipo.
El aumento de peso de la batería está directamente relacionado con su mayor potencia. La intención es pasar de los 120 kW actuales a los 350 kW, casi tres veces más. Esto implica un cambio que a seguro resultará muy impopular; que se destine un 30% de combustible directamente a recargar la batería y no a propulsar el monoplaza directamente.
Un monoplaza actual de Fórmula 1 tiene un peso de 798 kilos, y tras innumerables promesas que siempre acaban en más peso -como con la unidad de potencia-, el grupo de trabajo anuncia su intención de reducir este peso en 50 kilos, avisando algunas voces de que esto es tremendamente optimista, y que bastante será si se consigue contener 20 kilos.
Menos tamaño y menos peso
No menos importante es la reducción de tamaño de los actuales monoplazas, que ha crecido incesablemente en los últimos años. Eso sí, la reducción será ínfima en comparación con cómo han aumentado de tamaño. La idea es pasar de los 200 centímetros actuales de ancho a 190, con una distancia de ejes que pase de 360 centímetros a 340, si bien hay partes que quieren que se reduzca a 330 centímetros.
Además de esto, la ya conocida con la caja de cambios, que se limitarán sus velocidades de ocho a seis. Con estos y otros datos, la categoría espera reducir la carga aerodinámica en un 40%, lo que influirá directamente en cómo se desarrollan las carreras, esperando que los vehículos se puedan seguir más de cerca y con ello fomentando los tan ansiados adelantamientos. Un discurso, que como con la reducción del peso, se han convertido ya en cíclicos.
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