Las suspensiones son un aspecto crucial que puede marcar la diferencia en F1. Por ello, explicaremos los dos sistemas que se usan.
En el mundo de la Fórmula 1, cada detalle cuenta para obtener la ventaja competitiva. Entre los numerosos aspectos técnicos que definen el rendimiento de un monoplaza, la suspensión juega un papel crucial, pese a pasar desapercibida en numerosas ocasiones. Aquí, son dos los conceptos que emergen: "Push Rod" y "Pull Rod".
Ambos términos hacen referencia a dos configuraciones completamente opuestas de la conexión que existe entre los elementos de la suspensión y el chasis.
¿Qué es el Push Rod? Su funcionamiento y ejemplos
El Push Rod, también podría denominarse como brazo de impulso, ha sido una piedra angular en la ingeniería de suspensión en la Fórmula 1 desde hace varias décadas. Este sistema revolucionario reconfigura la disposición tradicional de la suspensión al ubicar el resorte y el amortiguador debajo del chasis, conectados a través de un brazo que ejerce una fuerza hacia abajo en el eje de la rueda.
El Push Rod funciona mediante un sistema de palancas y muelles que se combinan para mantener una relación geométrica constante durante la compresión y extensión. Este diseño proporciona un control excepcional sobre las variaciones en la altura del vehículo, permitiendo a los ingenieros ajustar la rigidez de la suspensión y, por ende, optimizar el manejo y la estabilidad del monoplaza.
Cuenta con dos ventajas clave: un centro de gravedad bajo y un control dinámico. La primera ocurre al ubicar los componentes de la suspensión debajo del chasis; el Push Rod contribuye a reducir el centro de gravedad del vehículo, mejorando su estabilidad en las curvas y aumentando la eficiencia aerodinámica. En el caso de la segunda, esto sucede porque la disposición de la suspensión proporciona un mayor control sobre la variación de la altura del chasis, permitiendo a los equipos ajustar la configuración de la suspensión de manera más precisa para adaptarse a las condiciones cambiantes de la pista.
La mayor desventaja que encuentra este sistema es el espacio y la complejidad de diseño. Sin embargo, los beneficios que aporta en términos de rendimiento suelen superar ampliamente los desafíos que esta desventaja provoca.
Uno de los monoplazas que obtuvo más éxito con este sistema fue el McLaren MP4/4 de 1988, pilotado por Ayrton Senna y Alain Prost. Este es considerado por muchos como el mejor monoplaza de la historia e incorporó un sistema avanzado de Push Rod. Otro de los monoplazas más exitosos de la historia es el Red Bull RB19 de 2023, que ha incorporado este sistema en la suspensión trasera.
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