El último piloto en llegar a la F1 Liam Lawson, se sincera sobre el camino desde Nueva Zelanda hasta un asiento en RB. 
Ha hecho falta mucha paciencia y una agonizante espera al margen, pero Liam Lawson por fin puede llamarse a sí mismo piloto de Fórmula 1 a tiempo completo.
El jueves, Red Bull y su equipo hermano RB confirmaron uno de los secretos peor guardados de la F1: el neozelandés sustituirá al veterano Daniel Ricciardo en la escudería, con vistas a iniciar una campaña a tiempo completo en 2025 para el equipo anglo-italiano.
Llegar a la Fórmula 1 y reclamar uno de sus 20 asientos ya es bastante difícil. Pero, como ocurre con muchos pilotos de las Antípodas, Lawson ha necesitado un pequeño milagro para hacerse notar en Europa.
Lawson, que creció a tiro de piedra del circuito de Pukekohe, en la Isla Norte de Nueva Zelanda, se involucró desde muy joven en la escena local de los karts y, a medida que iba ganando, fue ascendiendo a las series nacionales de monoplazas.
Pero para llegar a los escalones más altos de la competición, es casi obligatorio trasladarse pronto a Europa. A los 16 años, Lawson hizo las maletas para competir en el campeonato alemán de F4 con el equipo holandés Van Amersfoort Racing, gracias al apoyo de un patrocinador neozelandés.
Pero para llegar hasta allí en primer lugar, Lawson reveló que sus padres hicieron un gran sacrificio. "Mis padres y toda mi familia dieron mucho, especialmente en los primeros años con los karts", dijo Lawson al podcast Talking Bull de Red Bull. "Mis padres vendieron su casa para que yo pudiera seguir corriendo. Es enorme. Lo dieron todo para que yo pudiera correr, incluso los karts, porque son muy caros".
Al igual que Oscar Piastri, de McLaren, que vivió en un internado en el Reino Unido cuando era adolescente mientras intentaba forjarse una carrera como piloto, la perseverancia de Lawson se puso a prueba cuando se encontraba a 11.000 millas de casa. Pero ese sacrificio temprano a menudo resulta ser una experiencia formativa para los pilotos australianos y neozelandeses que consiguen llegar y les proporciona el acero y las agallas para sobrevivir en el entorno a menudo difícil de la F1.
"No terminé el instituto ni nada de eso", cuenta Lawson. "Sinceramente, estaba emocionado por poder perseguir mi sueño. Y siempre hay partes difíciles en ello, pero nunca hubo una pregunta de si era demasiado difícil y quería volver a casa."
Pero aunque se mostró prometedor al terminar segundo en su primera temporada en Europa, Lawson no fue seleccionado por una academia junior de F1 de inmediato, y se dirigió de vuelta a casa, a las famosas Toyota Winter Series de Nueva Zelanda, sin un plan después de aquello, y con su sueño de F1 a punto de hacerse añicos ya a la edad de 17 años.
"Siendo de Nueva Zelanda, intentar conseguir dinero para competir en el extranjero es muy, muy difícil", recuerda Lawson. "Así que, entre un grupo de gente increíble que ha estado detrás de mí, patrocinadores e inversores, montamos la estructura para conseguir el dinero suficiente para ir a Europa y hacer una temporada e intentar que me reconociera un equipo junior, porque sin él, no había ninguna posibilidad de conseguir un Fórmula 1".
"Hice una buena temporada, pero no recibí ninguna llamada de ningún equipo. Y luego simplemente hice este campeonato en Nueva Zelanda durante la temporada baja, sin ningún plan de lo que iba a hacer en 2019".
"Cuando era niño y me gustaba la Fórmula 1, veía esta serie todos los años y soñaba con conducirla. Para mí, era como la Fórmula 1 de las carreras de la época".
Afortunadamente para Lawson, los cazatalentos estaban observando la ronda inaugural de la Toyota Racing Series 2019. Dentro de los nombres que estaban en las agradas se encontraba Helmut Marko, de Red Bull, que estaba vigilando a Lucas Auer, el compañero de equipo mayor de Lawson, que en ese momento formaba parte del programa junior de Red Bull.
Y antes incluso de batir a Auer y a su compatriota Marcus Armstrong por el título, Lawson recibió la noticia con la que soñaba desde hacía tanto tiempo.
"Supongo que Helmut estaba mirando a Lucas y yo tuve un primer fin de semana realmente bueno", dijo. "Cuando corrí en la F4 en Europa, Jack Doohan era un junior de Red Bull por aquel entonces y probamos juntos en algún sitio. Recuerdo haberle visto paseando con su traje de Red Bull y recuerdo haber pensado lo increíble que sería ser un junior de Red Bull".
"Y me llamaron después de ese primer fin de semana en Nueva Zelanda, me enteré uno o dos días después del fin de semana. Estaba sentado en una cafetería; recuerdo exactamente dónde estaba sentado.
Me lo dijeron y, obviamente, fue muy emotivo. Básicamente me eligieron en el momento perfecto y eso salvó mi carrera. Me quedaban esas cuatro semanas de campeonato, y después no tenía ningún plan...".
A continuación, Lawson compitió en la FIA F3 y la F2, mano a mano con Piastri, y compaginó sus actividades en monoplazas con una temporada con Red Bull a bordo de un Ferrari GT3 en el campeonato alemán de turismos DTM, que le valió un subcampeonato.
Terminar tercero en el campeonato de F2 de 2022 le valió un papel de reserva de Red Bull junto con una campaña en la Super Fórmula japonesa para 2023, y cuando Ricciardo se rompió la muñeca en los entrenamientos del Gran Premio de Holanda, Lawson recibió el visto bueno para sustituir al australiano en las cinco rondas siguientes.
Al estilo típico de Red Bull, Lawson se hundía o nadaba, pero mantuvo la cabeza fría y sumó puntos en el Gran Premio de Singapur.
Las actuaciones de Lawson complicaron las cosas para Red Bull a corto plazo, ya que Tsunoda y Ricciardo siguieron recibiendo el visto bueno sobre Lawson para comenzar la temporada 2024, mientras que Lawson volvió a un papel de reserva.
Pero lo que Red Bull realmente buscaba en un piloto para el renombrado equipo RB es alguien que pudiera ser un futuro piloto de Red Bull. Y como está claro que Ricciardo ya no cumple todos esos requisitos, Lawson tiene la oportunidad de luchar con Tsunoda por un puesto en Red Bull.
Después del sacrificio de su familia para darle una oportunidad de luchar, y de que Red Bull se fijara en él justo cuando se acercaba a un callejón sin salida, conseguir un asiento en Red Bull sería el tercer milagro en el rocoso camino de Lawson hacia la cima.
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