domingo, 28 de abril de 2024

A.F1-RED BULL- Desde el equipo estan preocupados por Wache y Balbo, mas con la posible salida de Adrian Newey.

Desde el equipo Red Bull, se es consciente de la importancia que supone retener a Pierre Waché y Enrico Balbo.

La despedida de Adrian Newey de Red Bull, aún pendiente de confirmación oficial, responde a algunas preguntas y abre otras nuevas. Los efectos de la tormenta que afectaron al equipo todavía acarrea cosas, aunque la paz llegó con cómodas victorias en los fines de semana de carreras, y están en juego pilares del proyecto, fundado hace 20 años sobre las cenizas de Jaguar, así que es legítimo preguntarse cómo cambiará la escudería que ahora tiene 13 títulos mundiales.

Perder a un peón como Adrian Newey tendrá repercusiones inevitables. No podía ser de otra manera, estamos hablando del ingeniero más laureado de toda la historia de la Fórmula 1, que lleva en la empresa desde febrero de 2006 y que a lo largo de los años ha sabido moldear el conjunto según sus directrices.

Cuando un mecanismo bien engrasado  pierde a uno de sus elementos de apoyo, hay que contar con las repercusiones. Imaginar Red Bull sin Adrian Newey significa pensar en un equipo diferente, no necesariamente menos sólido, pero privado del hombre que hasta ahora fue el que señalaba el camino.

Sin embargo, no es cierto que la marcha del británico pillara a la escudería desprevenida. Es cierto que hay contratos, pero la Fórmula 1 enseña que ante la voluntad de romper una colaboración, tienen una importancia relativa. El genio de la aerodinámica sigue en plena forma, pero es evidente que ya no es un chaval, va camino de los 66 años, pero en las últimas diez temporadas su compromiso en la sede de Milton Keynes fue intermitente, alternando periodos de intenso trabajo con otros de ausencia o presencia remota.


Complicado por el desfase que sufrió la unidad de potencia Renault frente a Mercedes, entre 2014 y 2018 Adrian Newey ya vivió periodos en los que su compromiso no fue el de un director técnico habitual, y fue una llamada de atención que Christian Horner no ignoró. Es impensable que el director del conjunto y sus más fieles colaboradores no estuvieran pensando ya en un escenario post-Newey, un proyecto que, obviamente, pierde fuerza.

Las victorias son una medicina formidable para cualquier tipo de problema en la Fórmula 1, pero desde hace tiempo se rumoreaba en el paddock sobre un Adrian Newey algo molesto por ver cómo muchas responsabilidades pasaban progresivamente a la dirección de Pierre Waché, ascendido por Christian Horner al puesto de director técnico.

Un paso necesario para no sufrir contratiempos en cualquier periodo de desvinculación por parte del inglés. En el frente opuesto, también es comprensible cierto descontento por la percepción mediática del gran trabajo realizado en las últimas temporadas, señalado puntualmente como obra de Adrian Newey. La narrativa está muy orientada hacia el "one man show", pero en Milton Keynes no todo el mundo está contento con ello.

Christian Horner celebró en varias ocasiones el trabajo del equipo sopesando cuidadosamente sus palabras, un acto de equilibrio que no es fácil. Por muy preparado que esté la escudería, la despedida del hombre más importante hasta la fecha en la historia de Red Bull desencadena cierto riesgo, puesto que sabe que no puede permitirse más deserciones, de lo contrario el peligro de sufrir duros reveses estará a la vuelta de la esquina.

El futuro técnico de la escudería está en manos de Pierre Waché, según el equipo, blindado en el frente contractual, y del responsable de aerodinámica, Enrico Balbo, y si alguna de estas figuras cediera a las propuestas que puntualmente llegan desde la competición, el vacío sería demasiado grande, sobre todo de cara a un momento en el que se están sentando las bases para 2026, año en el que entrará en vigor el nuevo reglamento técnico.

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