Adrián Newey, el ingeniero, que terminó cuarto en su serie, con un Lotus 49B de 1968.
Mónaco ha vivido tres jornadas cargadas de historia y emoción casi a partes iguales. El GP Histórico de Mónaco, que ha tenido lugar este fin de semana, ha reunido a personalidades de presente, pasado y futuro en el Principado. Incluidos Adrian Newey y Zak Brown, que en esta ocasión decidieron cambiar su rol y colocarse a los mandos de dos monoplazas en dos series diferentes. 
No ha habido Gran Premio de Fórmula 1, pero el fin de semana ha estado igualmente cargado de historia. La Fórmula E, IndyCar y el WEC se han combinado este fin de semana con el GP Histórico de Mónaco, que ha contado con la presencia de algunas de las personalidades más relevantes del Gran Circo, tanto dentro de la pista, como en el paddock. 
Como ya se sabía, Adrian Newey y Zak Brown disfrutaron de un fin de semana de competición, pero esta vez al volante. Y ambos merecen una mención especial.
El ingeniero ha aprovechado sus primeros días libres de F1 y se ha puesto a los mandos de un Lotus 49b de 1968, rojo, construido cuando él tan sólo tenía diez años. Con él ha terminado cuarto en la serie F, donde se enmarcaba su monoplaza, y cuyo ganador ha sido el japonés Katsuaki Kubota. 
Mientras todo el mundo rumorea y especula sobre su futuro, el 'genio' ha decidido competir, como ya tenía pensado, e incluso ha llegado a rozar el podio tras una buena actuación, y un gran adelantamiento en la mítica horquilla del circuito. Con ambos coches en paralelo, el británico ha conseguido adelantar a su rival, algo que con los coches actuales es un poco más difícil de conseguir. 
El CEO de McLaren también ha tomado parte de la prueba. Además de pilotar el Williams FW07B ha dejado una imagen especialmente curiosa. Y es que Zak Brown ha recibido la visita de Fernando Alonso, que estuvo muy atento y disfrutó de unas horas de competición desde la grada. El asturiano incluso llegó a fotografiarse con él y el equipo durante el tiempo que estuvo en el GP Histórico. 
"Crecí en California viendo el Gran Premio de Mónaco en la televisión. En aquel entonces parecía estar a un millón de kilómetros de distancia y era sólo un sueño. Si avanzamos hasta el día de hoy, es un inmenso privilegio volver a conducir este circuito icónico, esta vez en el Williams FW07B ganador del campeonato de 1980 de Alan Jones", ha confesado Brown a través de sus redes sociales.
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