El piloto español Fernando Alonso, termina en la 19ª posición tras una carrera más que complicada para Aston Martin.
No es fácil explicar la situación por la que Aston Martin ha pasado de ser el equipo revelación, logrando unos podios que no entraban en el guion, a ser el quinto equipo de la parrilla, lo suficientemente lejos de los de arriba como para descartar cualquier tipo de milagro.
Cambios conceptuales en el Aston Martin
Mientras que en 2023 proliferaban los comentarios sobre la 33, por los puestos que rondaba el asturiano, este 2024 nadie se acuerda, señal de que esa esperanza a que la victoria puede caer en cualquier momento se ha esfumado.
La explicación no es sencilla, principalmente porque no se sustenta en un único motivo. Pero no es difícil identificar como mayor causante al que ha sido el gran cambio en referencia a la temporada pasada; la suspensión trasera.
Aston Martin sigue siendo lo que en competición se conoce como un equipo cliente. Necesita de un suministrador, en este caso, Mercedes, que proporciona la unidad de potencia y la caja de cambios. Esto supone que mientras Mercedes tiene total libertad para hacer los cambios que crean los más idóneos para su rendimiento, Aston Martin debe adaptarse. Mientras que Mercedes diseña su monoplaza desde una hoja en blanco, los de Lawrence Stroll parten de los elementos que les proporcionan.
Mercedes se encuentra algo desesperado. Ha pasado de dominar la Fórmula 1 durante ocho temporadas a sufrir para sumar algún podio, razón por la que no está dudando en ser radical con algunos conceptos. Esto ha llevado a que, buscando una mejor conexión entre unidad de potencia y caja de cambios, realizaran un cambio de concepto en la suspensión trasera, pasando de ‘Pull Rod’ a ‘Push Rod’. Y en una decisión que sobre el papel tiene todo el sentido del mundo, Aston Martin decidió seguir a Mercedes y adoptar la misma suspensión trasera.
De 'Pull Rod' a 'Push Rod'
No es que haya datos empíricos de que Pull Rod sea mejor que Push Rod o todo lo contrario, pero sí significa empezar de nuevo, aprender a volver a poner a punto tu vehículo y encontrar una línea de actualizaciones que no tiene por qué coincidir con la anterior.
No es casual que Aston Martin haya pasado de ser un coche que clasificaba normal y tenía un gran ritmo de carrera, a uno que destaca en clasificación, pero luego en ritmo de carrera sufre. Al final, un cambio en el concepto de suspensión significa tener un monoplaza completamente nuevo en todos los sentidos, con unas fortalezas y debilidades diferentes al anterior vehículo.
Aunque es sencillo culpar a Aston Martin, la decisión tomada es la más lógica. Una unidad de potencia y una caja de cambios diseñada y evolucionada en torno a un esquema específico de suspensión. Lo normal es que haya más competitividad y margen de evolución siguiendo la línea del fabricante que la opuesta. Pero a veces las cosas no salen como deberían, y no es que Mercedes esté disfrutando en esta temporada.
En una segunda línea, está el hecho de que a pesar de ser el tercer año con este reglamento de efecto suelo, los ingenieros siguen aprendiendo cada día. Mientras que en la Fórmula 1 tradicional, las actualizaciones tenían un efecto inmediato, en la actual, los equipos necesitan tiempo para entender las áreas en las que hay implicación, y no es hasta que dan con la nueva puesta a punto idónea con los nuevos elementos, cuando se gana competitividad.
No es una sorpresa por tanto que Aston Martin sufriera en Imola, donde estrenaron el mayor paquete de mejoras de la temporada. Pero esto no mitiga el hecho de que el AMR24 fue un coche complicado de pilotar, traicionero, y sin un aumento claro de la velocidad.
Fin de semana horrible para Fernando Alonso
Así llegó el accidente de Fernando Alonso en entrenamientos libres. Perdiendo el monoplaza de atrás como no ocurrió en todo 2023. De ese golpe se llegó con prisa a clasificación, de esas prisas un error posterior tratando de marcar un buen tiempo que tuvo como consecuencia una salida de pista con daños en el fondo y el asturiano partiendo en la carrera desde el fondo del pelotón.
Sin esperanzas, Aston Martin y Fernando Alonso se tomaron la carrera como una sesión de pruebas, con cambios en la configuración para intentar entender mejor el monoplaza, así como pasos por boxes poco lógicos, buscando el rodar en aire limpio a costa de tirar a la basura las remotas opciones de puntuar.
Aston Martin se esfuerza en buscar el ‘click’, ese entendimiento del monoplaza, esa puesta a punto que les haga dar un salto similar al que tuvo McLaren en 2023, convencidos de que el AMR24 tiene potencial, pero en una F1 sin pruebas, con entrenamientos libres orientados a conocer el desgaste de los neumáticos, y fines de semana ‘sprint’, las carreras se consumen sin apenas aprender nada.
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