Con los equipos Racing Bulls y Sauber-Audi abriendo sucursales en Inglaterra, ahora toda la F1 tiene su sede en el Reino Unido, a excepción de Ferrari.
La decisión de Sauber de abrir una sede en Inglaterra ha vuelto a poner sobre el tapete un tema que se repite cíclicamente desde hace cuarenta años. Cuando se inaugure el "Sauber Motorsport Technology Centre UK", Ferrari será la única de las escuderías de Fórmula 1 que no tenga una antena tecnológica en lo que es efectivamente un hub del deporte motor. Se trata de una zona al noroeste de Londres que incluye lugares cuyos nombres suenan familiares a los aficionados, como Brackley, Milton Keynes, Woking, Enstone y Grove.
Se calcula que el sector de la Fórmula 1 emplea en esa zona a más de ocho mil personas, con un alto porcentaje de menores de 40 años. El mercado de las figuras especializadas está decididamente en ebullición, más allá de los grandes nombres conocidos por el gran público hay cientos de profesionales que cambian de color cada año, aprovechando las oportunidades salariales y continuando por la senda del crecimiento. La decisión de Sauber confirma la importancia estratégica de una rama en la que se mueve todo el mundo de la Fórmula 1 con una excepción, Ferrari.
Racing Bulls empezó el año pasado a crear un equipo completo en Milton Keynes, en lo que es el nuevo campus Red Bull, que también incluirá un túnel de viento. La sede de la escudería sigue estando en Faenza, pero tener una sucursal en Inglaterra les permite aprovechar el mercado de personal cualificado sin tener que tomar necesariamente una decisión vital importante, como trasladarse a otro país. Sauber ha adoptado la misma estrategia; de momento, aún no se ha elegido la ubicación de la oficina inglesa, pero el programa ya está en marcha.
La tecnología ha reducido las distancias a cero.
No es casualidad que dos equipos hayan llegado a la misma solución en el espacio de poco más de un año. Hacia esta decisión convergen sistemas de comunicación que han revolucionado la interacción entre dos o más instalaciones.
Hace casi cuarenta años, Ferrari se vio obligada a abrir una sucursal en Guildford, Surrey, para cumplir con las exigencias de John Barnard, la mente técnica detrás de los triunfos de McLaren entre 1984 y 1986, que contaba con el firme apoyo de Enzo Ferrari. El diseñador británico no tenía intención de trasladarse a Maranello, y consiguió que la Scuderia le diera una ubicación a sólo nueve millas de la sede de McLaren, donde había trabajado durante seis años.
Sin embargo, los comienzos no fueron los mejores, con varios problemas de comunicación que repercutieron notablemente en el trabajo. Uno de los más curiosos surgió cuando las primeras piezas del monoplaza diseñado en Guildford empezaron a fabricarse en Maranello, los técnicos se dieron cuenta de que los márgenes no se ajustaban a la conocida precisión maniática de Barnard. Tardaron en darse cuenta de que los dibujos, enviados por fax, sufrían ligeras variaciones de escala debido al tipo de transmisión. Hoy, estas historias arrancan una sonrisa, ya que las videoconferencias, los sistemas accesibles a distancia, el intercambio de recursos en tiempo real gracias a la fibra óptica, son herramientas que han revolucionado la comunicación, permitiendo el smart-working incluso con una simple conexión doméstica.
"Lo único que falta son las pausas para el café", confirma un ingeniero italiano, "por lo demás, tener a un colega sentado en la mesa de al lado o a miles de kilómetros no cambia nada a efectos puramente profesionales".
Si tomamos como ejemplo el caso más reciente, el de Sauber, las dificultades encontradas en la campaña de contratación necesaria para hacer frente a los ambiciosos planes de Audi estaban relacionadas principalmente con el cambio de residencia.
No es lo mismo pedir a un ingeniero que traslade a su familia de Inglaterra a Suiza que proponerle un lugar de trabajo a pocos kilómetros del anterior, y para quien necesita contratar personal experimentado, sólo hay una cuenca de la que tirar, el "valle del motor" británico.
A este escenario se añade el problema del costo-capital. El verano pasado fue la propia Sauber la que planteó la cuestión de los salarios del personal, que están alineados con el costo de la vida, que varía de un país a otro. Existe una discrepancia nada desdeñable entre los salarios medios suizos y británicos, por lo que se ha pedido a la FIA que introduzca un parámetro en el reglamento financiero que equipare a todos los equipos.
Maranello sigue siendo el último bastión fuera del Reino Unido
Con la nueva sede de Sauber y la estructura fragmentada de Haas (que tiene sucursales en Italia, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos), Ferrari está destinada a seguir siendo la única escudería de Fórmula 1 sin sucursales en el Reino Unido. La traumática experiencia de Guildford (que fue rebautizada como la "fábrica coartada" de Maranello) hace tiempo que pasó, y no es esa escoria la que convierte a la Scuderia en una isla independiente. Ferrari todavía puede contar con el encanto del desafío 'rojo' trabajando a su favor, cuando un ingeniero recibe una oferta de Maranello el sabor es especial, quizás no para todos, pero el porcentaje sigue siendo alto.
En el último año y medio, la campaña de reclutamiento lanzada por Frederic Vasseur ha tenido bastante éxito, muchos ingenieros han llegado a Maranello procedentes de equipos con sede en Inglaterra, y en los próximos meses llegarán más. Hubo el 'no' de Adrian Newey, pero en ese caso la necesidad de dejar Inglaterra para trasladarse a Italia fue sólo una de las razones (y desde luego no la primera) que hizo que el 'Genio' desistiera de vestirse de rojo.
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