James Vowles analizó el impacto inmediato del piloto Carlos Sainz en los esfuerzos del equipo por escalar posiciones en la parrilla de la F1.
Cuando llegó el mercado de pilotos de Fórmula 1 de 2025, Vowles no se lo pensó dos veces.
Sainz quedó oficialmente disponible el 1º de febrero de 2024, cuando Ferrari reveló que había firmado al siete veces campeón del mundo Hamilton junto a Leclerc, y los servicios del español, ya probado ganador en la F1, fueron codiciados durante los meses siguientes.
Alpine y Sauber, en particular, esperaban hacerse con sus servicios, pero no lo consiguieron, a pesar de los posibles vínculos entre el futuro equipo Audi y su padre, que había representado a la marca alemana en las tres ediciones anteriores del Rally Dakar.
En lugar de apostar por un fabricante, Sainz aceptó la visión de Williams que le presentó el director del equipo, Vowles, que lleva dos años en el cargo y se ha propuesto modernizar la legendaria escudería británica, con más de 300 contrataciones durante ese período.
Atraer a Sainz era crucial para Williams en un momento e que el compañero de Alexander Albon era Logan Sargeant, una dupla en la que el anglo-tailandés era la clara referencia y única fuente de puntos. Ya con Sainz firmado, el equipo luego reemplazó a Sargeant por Franco Colapinto para las nueve rondas finales y el argentino respondió mostrando una velocidad a la altura de la de Albon y dándole a Williams la chance de tener dos coches competitivos, pese a los accidentes que empañaron la parte final de la temporada del argentino.
Para Williams, Sainz es un par de manos seguras en las que se puede confiar para obtener resultados consistentes, y una mente técnica igualmente valiosa.
"Una forma realmente buena de trabajar con Alex, especialmente cuando nos fijamos en los sistemas de control, como los diferenciales, los mapas de frenado, etc.", dijo Vowles cuando se le preguntó qué aportaba Sainz al equipo, mientras Williams lanzaba su nuevo FW47 para 2025.
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