Christian Horner, jefe del equipo Red Bull, fue la figura trágica en Londres, sólo recibió abucheos.
Christian Horner se imaginaba las cosas de otra manera. Cuando se pavoneó en el O2 Arena de Londres hacia el final del gran espectáculo de presentación de la F1 el martes por la noche, probablemente esperaba en secreto un estruendoso aplauso del público. Al fin y al cabo, Netflix le había presentado como una de las grandes estrellas de la Fórmula 1 de los últimos años.
Pero en lugar de vítores, Horner recibió abucheos de la mayoría de los 15.000 espectadores, y por un momento pareció a punto de lanzar una réplica verbal: "¿Es que...?", dejó una frase sin terminar, antes de intentar que la desagradable reacción rebotara en él con más elegancia: "Bueno, sigue siendo fantástico estar aquí en el O2 Arena".
El ego de Horner, que algunos de sus antiguos compañeros han descrito como bastante pronunciado, especialmente en el pasado reciente, debe de haber recibido un golpe interno. Y es probable que haya abierto viejas heridas que parecían haber cicatrizado un año después de que comenzara el asunto Horner, que casi le cuesta el puesto en 2024.
El diario Bild escribió el miércoles: "Horner tuvo que lidiar con un escándalo sexual el año pasado. Muchos aficionados pidieron su dimisión, pero al británico se le permitió conservar su puesto. Pero parece que los aficionados a la Fórmula 1 no lo han olvidado".
Horner apareció en el O2 Arena con su esposa Geri. La relación de la pareja pasó por momentos difíciles en 2024, pero hoy sigue intacta. Geri, ex Spice Girl, apareció de blanco y recorrió la alfombra roja codo con codo con su marido. Casi como si 2024 nunca hubiera ocurrido.
Lo importante es que el jefe del equipo Red Bull siempre había negado las acusaciones que se habían hecho contra él y finalmente fue exonerado en el curso de una investigación interna. Sin embargo, hace un año parecía que iba a perder su puesto.
Pero parece que Red Bull ha conseguido de alguna manera rellenar las fisuras de entonces. El mismo hombre que inicialmente quería despedir a Horner, Oliver Mintzlaff, CEO de Red Bull, se sentó a la mesa de los Horner en Londres, al igual que Helmut Marko, asesor de Red Bull Motorsport, que parecía mucho menos impresionado por la ostentación y el glamour que muchos otros VIPs de la velada.
Por cierto, Red Bull fue el único equipo en el que sólo el jefe de equipo ocupó el centro del escenario y a los dos pilotos no se les permitió decir ni una palabra en el escenario. Muchos aficionados criticaron esto, ya que habrían agradecido una o dos declaraciones del campeón del mundo Verstappen en particular.
Verstappen también recibió abucheos del público, que presumiblemente estaba formado principalmente por seguidores de Hamilton. Sin embargo, fueron más moderados que los de Horner. El presentador Jack Whitehall intentó animarle: "¡Anímate, Max, no te hemos puesto al lado de George Russell!". Una alusión a la disputa entre ambos al final de la temporada 2024.
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