martes, 18 de noviembre de 2025

A.F1-FERRARI: Una suspensión de 3 millones de euros ya rechazada en el simulador.

FUnoAnalisiTecnica: el nuevo sistema había sido desaconsejado por uno de los pilotos.

Cuatro meses después de la introducción del nuevo sistema de suspensión trasera del SF-25, surgen detalles que explican mejor por qué esta intervención de Ferrari no ha dado los resultados deseados. La actualización, programada para el Gran Premio de Bélgica, nació con el objetivo de mejorar el comportamiento del coche, pero surgieron importantes dudas a partir de los primeros análisis internos.

Incluso antes de llevar las piezas a la pista, los técnicos ya habían encontrado problemas en las pruebas de banco, instrumentos que reproducen las condiciones reales del circuito. Las preocupaciones se confirmaron en las pruebas de pretemporada en Baréin, donde la Scuderia tuvo dificultades para gestionar la parte trasera, obligando a menudo al coche a rodar más alto del terreno de lo previsto por el proyecto.

Esta limitación impidió que el SF-25 aprovechara al máximo su aerodinámica. En algunas carreras, como en China, acercar demasiado la superficie al asfalto provocaba un desgaste excesivo de la tabla de madera colocada bajo el coche, un elemento controlado por la FIA. Ferrari nunca ha podido gestionar este componente como otros equipos, que han sido más efectivos para trasladar el desgaste a zonas menos críticas.

Para intentar mejorar la situación, el equipo decidió centrar sus esfuerzos en la suspensión trasera, cambiando el punto donde uno de los brazos se conecta con el chasis. El objetivo era hacer el coche más estable al frenar y cambiar de dirección. Esta intervención no resolvió las limitaciones estructurales del coche, aunque ofreció a los técnicos una gama más amplia de ajustes.

Suspensión rechazada incluso antes de montarse en el SF-25


Según la noticia publicada por nuestros colegas de FUnoAnalisiTecnica, Ferrari habría invertido más de dos millones y medio de euros en esta actualización. La cifra es importante, especialmente porque la intervención no implicó una remodelación total de la suspensión y afectó al presupuesto estacional, limitando otros desarrollos. Antes de comenzar la producción, el nuevo sistema había sido probado en el simulador por tres pilotos encargados de evaluar las modificaciones.

Uno de ellos, tras dos días de extensas pruebas, había aconsejado claramente no continuar porque la actualización no resolvía los principales problemas del coche. A pesar de todo, Ferrari decidió construir los nuevos componentes. Tras nuevas comprobaciones, que no fueron del todo convincentes, se generaron más retrasos. Al final, la actualización llegó a la vía y ofreció cierta ventaja en la posibilidad de ajustar mejor la configuración, pero no permitió superar los límites que habían afectado al SF-25 desde el principio. El problema principal, es decir, la dificultad para funcionar a alturas al suelo ideales, ha permanecido esencialmente sin resolver.

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