El equipo Mercedes, explicó cómo era parte del proceso para llevar a cabo las vacaciones de verano en un conjunto de máxima exigencia en F1.
La pausa veraniega es uno de los periodos que los equipos de F1 más esperan, porque es el momento de hacer balance sobre lo ocurrido durante la primera mitad de la temporada y de preparar las actualizaciones para el resto del curso, pero también lo es porque los trabajadores que se emplean a fondo en las fábricas disponen de unas semanas de vacaciones para descansar y recargar las pilas.
Los pilotos no son los únicos que sufren esa presión de tener que rendir, sino que los mecánicos e ingenieros que están al mando de las operaciones también se esfuerzan para hacer que el monoplaza sea el mejor sobre la pista. No obstante, la categoría regula a través del reglamento un periodo estival obligatorio en el que no está permitido trabajar, dando un respiro a todos en cada uno de los conjuntos.
Gracias a Mercedes, ahora podemos conocer un poco más de esas jornadas sin visitar las fábricas, algo que el director de operaciones de los germanos, Rob Thomas, califica de "una de las mejores reglas que se han introducido en la Fórmula 1", mientras que el responsable deportivo, Ron Meadows, explicó que no era "fácil desconectar de repente y volver a hacerlo", por lo que era algo "único tener que hacerlo a mitad de temporada".
El primero de ellos es quien mejor puede saber todo ello, puesto que su labor principal es la de que todo esté en orden dentro de Brackley, y asegura: "Planificamos esas dos semanas con muchos meses de antelación. La preparación es clave, porque corremos en Spa-Francorchamps, justo antes del parón y, cuando volvemos, vamos directos a otro fin de semana de carreras en los Países Bajos".
"Asegurarnos de que estamos preparados para estos dos escenarios va a ser fundamental para la recta final de la temporada", continuó el responsable de la organización de la escudería ocho veces campeona del mundo, aunque no es el único que tiene que saber cómo se rige el equipo con Mike Elliot al mando.
El director técnico, además de encargarse de todas las cuestiones que rodean al monoplaza, también disfruta de ese periodo vacacional que sirve como impulso para el resto del año: "Definitivamente, hemos mejorado a la hora de poner la cabeza en su sitio. Aunque creo que hay una ineficacia en cerrar la fábrica y luego tener que volver a empezar, es lo mismo para todos los equipos".
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