El piloto mexicano Sergio Pérez, solo rodó unas pocas vueltas en Suzuka, plagadas de incidentes y sanciones que logró ‘sortear’.
El Gran Premio de Japón llegó a su fin con otra carrera errática y decepcionante de Sergio Pérez, además de con un nuevo episodio consecutivo de situaciones bizarras en cuanto al código de sanciones de la FIA y su aplicación en carrera para penalizar de manera efectiva acciones antirreglamentarias. Una vez más, con Checo Pérez en el centro de la ecuación.
Así pues, de entre los incidentes del piloto mexicano en las primeras vueltas de carrera, destacó el optimista intento de adelantamiento a Kevin Magnussen en la horquilla del circuito de Suzuka.
En plena remontada de Pérez, el de Red Bull lanzó el coche desde demasiado lejos y muy al interior, impactando contra Kevin Magnussen y haciendo trompear al de Haas, en un caso similar al de la semana pasada con Alex Albon. Por esta acción solo recibió 5’’ de sanción, que no cumplió en un primer momento debido a que se retiró de la carrera. Aunque era complicado imaginar lo que iba a suceder a continuación:
Con el monoplaza retirado, Sergio Pérez volvió a sentarse en el coche en su garaje, y cuando el resto de pilotos rodaba en la vuelta 40, Pérez regresó legalmente a pista, paró en boxes, cumplió su sanción, y volvió a abandonar definitivamente en la vuelta 43. Todo ello para evitar una posible sanción acumulada para el Gran Premio de Qatar como consecuencia de no haberla cumplido en Japón.
Los problemas con las sanciones de la FIA se multiplican tras el GP de Japón
Esta situación con su ración de picaresca y surrealismo, remite al importante problema con las sanciones que la FIA atraviesa actualmente en Fórmula 1, siendo ya varias las carreras seguidas en las que se han sucedido este tipo de desajustes o inconsistencias. Una reiteración que, por otro lado, permite poner nombre a cada una de las aristas del problema con las sanciones en Fórmula 1:
La primera de estas situaciones conflictivas viene del lado de la severidad de las sanciones, visto que la aplicación sistemática de 5’’ de penalización hacen que casi cualquier accidente entre pilotos se salde con una sanción casi mínima en comparación con las consecuencias del incidente. Casos como el de Hamilton y Piastri en Italia, el de Pérez y Albon en Singapur y este nuevo entre Pérez y Magnussen dejan claro que el nivel de imprudencia y las consecuencias de estas acciones merecen una sanción mayor.
Consecuencia de la inconsistencia anterior es el problema de que, aunque estas sanciones de la FIA sean aplicadas sobre una sesión en curso, a menudo el piloto y equipo tienen total libertad para cumplirla, haciendo en muchos casos que resulten completamente inocuas, tal como sucedió en los tres casos anteriormente mencionados de los últimos grandes premios. Tampoco cabe duda de que la falta de inmediatez juega muy en favor del sancionado.
En favor de la FIA hay que señalar que, a diferencia de sanciones draconianas como el ‘drive through’, no existe método para hacer pagar al piloto por sus acciones en el lapso de unas vueltas. A falta de sistemas como el ‘long-lap’, que desde hace unos años se utiliza en MotoGP.
Desgraciadamente, esto no quita que puedan llegar a darse situaciones como la de hoy en el GP de Japón, en la que la neutralización de sanciones llegue al punto en que un piloto retirado se reincorpore a la carrera vueltas más tarde para evitar –a efectos prácticos– las consecuencias de un comportamiento irresponsable sobre la pista. Y es que aunque la jugada de Checo Pérez y Red Bull haya estado dentro de los márgenes del reglamento, suponen casi una burla a un código de aplicación de sanciones ya cuestionado.
Aumentar la severidad de las sanciones por choques y accidentes o tratar de hacer la aplicación de sanciones más inmediata, impedir volver a carrera a un piloto abandonado, y tener más en cuenta la posibilidad de traspasar una sanción de un gran premio a otro en caso de no cumplirse. Son tareas a abordar o al menos considerar por parte de la Federación Internacional, ya no en aras de un mayor espectáculo, sino de uno más justo y deportivo.
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