Lo acontecido el jueves por la noche molestó ostensiblemente a los aficionados locales, con una respuesta irrisoria de la organización.
Dimopoulos Law Firm y JK Legal & Consulting encabezan una demanda colectiva contra Liberty Media y el promotor del Gran Premio de Las. Vegas en nombre de 35.000 aficionados que durante la primera jornada del Gran Premio de Las Vegas fueron expulsados de las gradas a pesar de tener la entrada correspondiente.
Horas de espera para ser expulsados de las tribunas
Durante el viernes, la Fórmula 1 se estrenaba en Las Vegas, apareciendo la bandera roja a apenas ocho minutos del comienzo, confirmándose que no se iba a retomar la sesión ya que había que revisar todo el alcantarillado presente en el trazado. Poco más tarde se tomaría la decisión de quitar las tapas y directamente poner cemento encima, algo que iba a llevar su tiempo.
La segunda sesión de entrenamientos libres se retrasó más de dos horas, prolongándose hasta las cuatro de la mañana hora local, provocando que la organización tomara la polémica decisión de cerrar las gradas, mandando al público a casa.
Por el paddock no tardó en correr el rumor de que ante la previsión de gradas prácticamente vacías, la organización prefirió tomar la iniciativa y cerrarlas. No hay gente, pero porque no lo hemos permitido. Las imágenes de la policía expulsando a los aficionados que estaban sentados en la tribuna molestó a coetáneos de todo el mundo que no pudieron más empatizar con la situación. Las entradas más caras de la historia de la F1, y encima los echan aludiendo unos pocos creíbles motivos logísticos.
Si los monoplazas pueden rodar a las cuatro de la mañana, el público debería estar habilitado a verlo. Al día siguiente, la organización mandó una comunicación explicando la decisión tomada, escudándose en cosas poco convincente como el horario de los conductores de autobuses que debían llevar a los invitados a sus hoteles. Una carta, por cierto, donde en ningún momento se pide disculpas a los aficionados.
Eso sí, eran compensados con un vale de 200 dólares a gastar en la tienda del circuito. Un insulto después de los precios de entradas y alojamiento que se han estilado en Las Vegas, y además solo válido para los que tenían entrada solo para ese día. Así que era obvio lo que iba a pasar: Demanda colectiva.
Una compensación de 1.000 millones de dólares
Los despachos de abogados anteriormente mencionados solicitan 30.000 dólares por aficionado a modo de compensación, alegando incumplimiento de contrato, negligencia y prácticas comerciales engañosas.
Mientras el promotor del Gran Premio dijo que no podían hacer ningún comentario sobre un hipotético litigio, Stefano Domenicali, representando a la Fórmula y Liberty Media dijo que esto eran cosas que pasaban, y que todos habíamos ido a algún concierto o evento cancelado por razones meteorológicas o similar. Un ejemplo bastante torpe, ya que en un concierto cancelado, la banda no se queda tocando a puerta cerrada. Muchos aficionados no pudieron evitar recordar el Gran Premio de Bélgica de 2021 y la no carrera, donde los asistentes fueron vapuleados por la organización. Pero esto es Las Vegas. Y lo es para todo.
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